Cómo sobrevivir a la pérdida de un ser querido
Cuando perdemos a un ser querido,
sentimos un dolor desgarrador, del que creemos y sentimos que jamás nos vamos a
recuperar. A la vez, sobre todo en los primeros momentos, tenemos la sensación
de irrealidad, de que esto no puede estar sucediendo.
No voy a escribir sobre las tantas
veces repetidas fases del duelo. Lo que me interesa en este artículo es dar una
visión más humana, explicar los motivos por los que tenemos determinados
sentimientos, así como trasladar la idea de que el duelo es un proceso que
tiene un final. No es eterno, y no es ilimitado.
Entre los sentimientos que
experimentamos en el duelo, se encuentran la pena, el bloqueo
emocional, la incredulidad, la culpa, la rabia y la incapacidad
para interesarnos por el mundo que nos rodea.
El motivo por el que sentimos la pena es bastante claro: la pérdida. Sentimos pena por nosotros, así como por la persona que se ha ido. Es el sentimiento que menos nos cuesta identificar y entender.
La incredulidad tiene un origen doble. Por un lado es un mecanismo de
defensa, denominado negación, por el cual no vemos aquello que es doloroso.
Como la pérdida es algo muy doloroso, necesitamos tomarnos “descansos” en este
sufrimiento. Y aunque sepamos conscientemente que la persona ha muerto,
descolgamos el teléfono para llamar y comentar una noticia, un segundo antes de
caer en la cuenta de que ya es imposible, o nos parece verle cruzando la calle,
o incluso oír los pasos por la casa. El otro origen se debe a que desde que
somos bebés vamos aprendiendo que la gente se va, pero vuelve. Un bebé, cuando
ve a su madre alejarse, tiene la sensación de que desaparece para siempre,
motivo por el cual puede ser tan angustiosa la separación. Según vamos
creciendo, en un entorno de apego seguro, vamos siendo conscientes de que las
personas se van, pero vuelven. Esto es así casi siempre. Por este motivo,
cuando alguien muere, una parte de nosotros sigue durante algún tiempo con la
esperanza de que vuelva.
El bloqueo emocional es un mecanismo de defensa. Ya que en esos
momentos lo que podemos sentir es muy doloroso, nos desconectamos de las
emociones para sufrir menos. Es algo similar al diferencial de la electricidad,
que “salta” cortando la luz, y evitando así un problema mayor.
La culpa es a veces más difícil de entender. Aun cuando sabemos que no
hemos tenido ninguna responsabilidad, no podemos dejar de sentir que algo no
hemos hecho bien. Esta culpa tiene dos formas. Por un lado, la sensación de que
tal vez podíamos haber hecho algo más, y nos quedamos horas pensando en lo que teníamos
que haber visto antes, por qué no nos dimos cuenta de esos síntomas, etc. Esta
culpa está al servicio de nuestra sensación de seguridad, necesitamos sentir
que vivimos en un mundo relativamente seguro, y por lo tanto que si hacemos las
cosas bien, todo irá bien. La consecuencia de esto es que cuando sucede algo
trágico, tendemos a pensar que ha sido culpa nuestra. Esto es a lo que llamamos
culpa defensiva, porque nos defiende de la realidad de que pueden pasarnos
cosas muy dolorosas aunque no las merezcamos. Otra fuente de culpa aparece
cuando el dolor empieza a remitir, y podemos empezar a disfrutar de vez en
cuando. En ese momento, nos sorprendemos sonriendo o pasándolo bien, y nos
asalta una terrible sensación de culpa, de estar haciendo algo malo o
traicionando a la persona fallecida. Esta sensación se podría traducir en “¿Cómo
puedes estar disfrutando después de que ha muerto?”. Esta culpa está provocada
por la sensación de omnipotencia del cerebro. Es decir, la idea de que todavía
podemos encontrar una solución al hecho terrible de la pérdida, por lo que
tenemos que dedicar toda la energía a buscarla y encontrarla, y cualquier cosa
que nos distraiga de este objetivo es un lujo que no nos podemos permitir.
La rabia es otro factor muy característico de los procesos de duelo.
La agresividad (y la rabia es una forma de la agresividad) siempre es síntoma
de sufrimiento. El organismo pone a
nuestra disposición la energía para cambiar algo que no está como queremos. Ya
que en el caso de la pérdida de un ser querido es algo que no podemos cambiar,
esa energía no puede ser utilizada o canalizada de manera eficiente, por lo que
tiene que “salir” en forma de rabia. En muchas ocasiones, esta rabia se dirige
también hacia la persona fallecida, por la que nos sentimos abandonados.
En cuanto a la incapacidad de interesarnos o involucrarnos emocionalmente en el
mundo que nos rodea, es consecuencia de algunas de las cosas que hemos hablado
anteriormente. Por un lado estamos bloqueados emocionalmente, para protegernos
del dolor, pero las emociones se bloquean todas juntas, por lo que tampoco
podemos sentir ninguna otra emoción. Por otro lado, nos sentiríamos culpables,
ya que como decíamos antes, toda nuestra energía debe ir a resolver una
situación que no tiene solución, pero una parte de nosotros se resiste a asumir
que no tiene solución, por lo que el resto del mundo es algo a lo que no
podemos atender. La rabia hacia el mundo también tiene un peso importante, ya
que no podemos interesarnos por algo con lo que estamos enfadados.
¿Qué entendemos por superar el duelo?
Según mi punto de vista, superar un
duelo implica por un lado poder recuperar la sensación de que nuestra vida
tiene sentido. Tal vez un sentido distinto al que tenía antes, pero algo por lo
que merece la pena ser vivida, y ser vivida en las mejores condiciones
posibles, con la intención de disfrutar la vida lo máximo posible.
Por otro lado, también implica
recuperar el recuerdo de la persona fallecida. Durante el proceso de duelo,
este recuerdo está empañado por el dolor, de manera que al acordarnos de la
persona nos sentimos inmediatamente tristes, aunque nuestra vida con esta
persona haya estado llena de alegría. Un indicador de que el duelo ha sido
correctamente elaborado es que podemos reírnos con una anécdota divertida de la
persona fallecida, sin sentirnos inmediatamente tristes.
¿Cómo superar el duelo?
Lo primero que debemos saber es que
nuestra reacción es una reacción normal ante una situación anormal, por lo que
no debemos asustarnos de lo que estamos sintiendo.
También debemos rodearnos de
personas que nos quieran y a quien queramos, con quien nos podamos sentir
acompañados y comprendidos, y con las que hablar de todo lo que sentimos.
Si trascurridos unos meses, nuestro
estado emocional no cambia, no hay ningún proceso, será el momento de acudir a
un profesional, para que nos ayude a andar el camino del proceso del duelo.
Muy buen artículo, muy descriptivo.
ResponderEliminarLo principal es que el paciente entienda que no hay forma de "superar el duelo", sino que hay que vivirlo, que es un proceso positivo para nuestra mente, para hacernos a la idea de la pérdida. En ocasiones las personas se quedan encalladas en una de las fases y entonces es cuando el psicólogo debe entrar en acción para conseguir que avance y finalice todas las fases del duelo.
La pérdida de un ser querido siempre es más o menos traumática, por lo que debemos hacernos a la idea poco a poco de esa ausencia y, por así decirlo, digerirla. No puede ser de un día para otro y normalmente tampoco es un proceso rápido. Pero es necesario para poder continuar con nuestra vida.
Excelente aporte. La mayoria de las veces los pacientes inconscientemente lo que haces es enmascarar el duelo o en su mejores formas, substituirlo, sin enfrentarlo. Algunas ideas para ayudar a los pacientes en ese proceso de aceptacion del duelo?
EliminarGracias por este excelente artículo, ha sido de gran ayuda para mí.
ResponderEliminarUn abrazo.
Elisa
Este es uno de los temas que más me interesa, el como sobrellevar la pérdida de un ser querido es algo que todos deberiamos conocer a fin de tener el conocimiento necesario para externar nuestro sentir y poder ser mas plenos.
ResponderEliminarperdí mi bebecita de año y medio y he tratado de no morirme.Pero mi hija de 9 años al día siguiente dijo que no iba a llorar más y de vez en cuando me hace una pregunta como ¿de ahora enadelante qué pasa?
ResponderEliminareste artículo me hizo entender algunas dudas. GRACIAS!
Palabras claras, esclarecedoras y que consuelan a través de la comprensión de la experiencia.
ResponderEliminarMe quedo con la reflexión respecto a la negación como resquicio de la esperanza.
Gracias por este trabajo
Gran artículo, la pérdida de un ser querido es una de las etapas más estresantes en la vida de una persona. saludos.
ResponderEliminarhola, muy buen articulo, por aca tambien tienen buenos: http://psi-tec.com/
ResponderEliminarExcelente artículo! Me gusta mucho cuando hablas de superar el duelo como la capacidad de recuperar la sensación de que nuestra vida tiene sentido. Tal como yo lo entiendo, aunque la tristeza no desaparezca nunca, puede llegar un momento en que vayamos más allá del dolor y podamos sentir agradecimiento por todas las cosas buenas que hemos compartido con la persona que falta.http://psicoterapiacotidiana.com
ResponderEliminarSon muy interesantes los temas que tratan, definitivamente crean consciencia y apoyo a las personas que pasan por situaciones similares o relacionadas con el tema, dan orientación y consuelo. saludos
ResponderEliminarMe fue de gran interés los temas que han publicado, crean consciencia, apoyo y conocimiento para el ser humano en general, ya que la perdida de un ser querido es lo más seguro que se tiene y hay que aprender a manejar ese proceso. saludos.
ResponderEliminarhace años entendi al perder a un ser querido, que no existe mejor manera de superarlo que aprender a manejar nuestro dolor, y aprender a vivir con el para poder recuperar la alegria y las ganas de seguir, es necesario superarlo y en caso e no poder hacerlo por nosotros mismos debemos pedir ayuda para no caer en etapas dificiles que pueden no tener salida...
ResponderEliminarMuy buen artículo.También he leído artículos en diversas páginas (una de ellas http://www.psicologiaencuerpoyalma.com ) donde dan formas alternativas para superar el duelo. Una de las que más me ha llamado la atención son tratamientos basados en la sanación bioenergética. No se que tal irán, pero me estoy documentando. Ya os contaré.
ResponderEliminarMuy buen artículo, quedan recogidas todas las emociones que de una u otra manera emergen en el duelo. En mi opinión es importante especialmente cuando más reciente está la perdida especificar que superar el duelo no es eliminar negar o disimular el dolor. Parece una obviedad, pero cuando uno tiene tanto dolor quiere alejarse a toda costa de él, a cualquier precio, y eso suele pasar factura tarde o temprano. El objetivo es amortiguar y manejar el dolor, pero no erradicarlo. Cuando esto empieza a entenderlo quien sufre la perdida está más receptivo para dejarse ayudar y e ir evolucionando.
ResponderEliminarMe ha gustado gratamente el contenido de este post Carlos, felicidades por el trabajo :)
ResponderEliminarMe gustaría darle mi más sincera enhorabuena por la publicación, creo que será de ayuda a muchas personas. Es importante despatologizar las emociones que nos invaden ante la pérdida de un ser querido y asumir el sufrimiento como una consecuencia lógica de lo ocurrido y no como algo extraño o un signo de debilidad.
ResponderEliminarAyer perdi a mi madre, y estoy buscando ayuda para que el dolor cese, y me encontre con tu articulo, me gusto y espero ver a futuro lo que dices. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminaryo pienso que uno nunca llega a superar la partida de un ser querido, solamente nos adaptamos que es muy diferente a superar es algo que llevamos por el resto de nuestras vidas para bien o para mal, muchas veces las personas trtan de cumplir metas o sueños en honor a una promesa o en honor a ese ser querido. otro simplemente no vuelven a ser los mismo, desde cualquier punto de vista la partida de un ser querido siempre va suponer un camvbio mas no un fin.
ResponderEliminaryo perdi a mi padre y a mi hermano en diferentes momentos de mi vida, soy psicologa y aun asi puedo decirles que es dificil sobrellevar la perdida, lo que siempre supe es que nunca la superaria pero siempre la llevaria conmigo, pero si podia aprender a vivir con ella sufriendo, siempre he dicho lo que he sentido en relacion con ello y nunca le he tenido miedo a que me vean en debilidad o llanto, pero aveces es tan doloroso y degarrador aunque en momentos no siento nada y continuo en mis labores diarias, pero ha sido duro, vivo con el miedo a veces de perder a la gente que yo quiero y aprovecho cada segundo que tengo para compartir con mis gente
ResponderEliminar